miércoles, 24 de octubre de 2012

Cuestiones más frecuentes planteadas por los padres


El famoso psicólogo, pedagogo y terapeuta Javier Urra en su libro "Escuela práctica para los padres: 999 preguntas sobre la educación de tus hijos" expone las preguntas más frecuentes que los padres tienen acerca de la educación de sus hijos. Por ello, vamos a tratar en este apartado algunas de ellas y profundizaremos en las respuestas que, este gran especialista, explica con precisión y acierto.




ALGUNAS CUESTIONES




  • Ahora se oye mucho : <<Soy amigo de mis hijos>> ¿Esto es posible?
Qué bueno es aspirar a ser amigo de nuestros hijos...¡Y conseguirlo!, ¡pero es irrenunciable ser padre!
Debemos recordar la infancia, no añorarla.
Es bueno que los hijos tengan padres amistosos que quieran jugar con ellos. Sin embargo, tendrán muchos amigos, pero solo un padre y una madre y necesitan que actúen como tales.
Los niños pasan a ser jóvenes y un día se emancipan. Sin embargo, hay padres que no saben aprender a distanciarse.
Hay mucha gente que dice que la adolescencia, la juventud, es una etapa difícil; pero no se preocupen, es corta y hay que vivirla con intensidad. No es tan complicada como se dice, es algo convulsa y tempestuosa, exige disciplina y flexibilidad, autoridad y afecto, seguridad y comprensión.
No hemos de esperar a que llegue el futuro sino disfrutar del presente (que pronto será pasado).


  • ¿Cómo se llega a tener un hijo maleducado?
Dejándole hacer, negándose a sancionarlo <<por si se trauma>>. Puede llegar a ser un maltrato (por negligencia), porque impide que se socialice correctamente.
Encumbrar a los niños a pedestales, privándoles del contacto con la dura realidad, usurpándoles la responsabilidad desde una tontaina hipertrofia tutela, supone maleducar y que un día al salir de la urna de cristal recibirán un impacto al que no sabrán adaptarse ni responder.
El niño es el padre del hombre, un niño mal educado es un problema para la sociedad.



  • ¿Se pueden superar los traumas infantiles?
<<Resiliencia>> es un término utilizado por el psiquiatra francés Boris Cyrulnik (consiguió escapar de un campo de concentración a los seis años) con el que explica que los niños poseen un mecanismo de defensa ante ciertas situaciones que hace que una infancia infeliz no sea necesariamente determinante en la vida del pequeño. Concluye afirmando que un niño traumatizado psicológicamente no está condenado a convertirse en un adulto fracasado.


  • Bromas y riñas entre hermanos, ¿cuándo intervenir?
Los padres han de ser conscientes de que en muchos casos los hermanos pequeños-y sobre todo si se diferencian poco en la edad- buscan con las peleas la inculpación del otro, de manera que el padre o madre le riña o sancione.
La mayoría de esas conductas no requieren intervención, es más, aprenden a competir, tolerar, a cooperar.
Los niños se pegan en ocasiones como sentimiento agresivo, en otros casos para expresar alegría o para descargar energía.
Cuando se produce el abuso o daño físico o emocional es cuando se ha rebasado el límite de lo aceptable y hay que restablecer con frialdad las relaciones reequilibrando las posiciones de víctima y agresor, recordando las particularidades de cada hijo, buscando no culpar- en la medida de lo posible-. Los padres han de ser tolerantes, equilibrados, ecuánimes, y no se han de dejar arrastrar por las tensiones de los hijos, enseñándoles a jugar, a bromear y a dialogar cuando tienen problemas entre ellos.





Bibliografía:

URRA PORTILLO, J. (2004) Escuela práctica para padres: 999 preguntas sobre la educación de tus hijos. Madrid: La esfera de los libros.

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